Siempre he dicho que el Airsoft genera un impacto positivo en la sociedad, pero nunca me puse a analizar que también genera en las personas un impacto que incluso salva vidas. Nos saca un poco de la rutina diaria, nos hace olvidar por un momento nuestros problemas, nos permite botar de alguna manera el estrés de la semana laboral y nos "obliga" a ponernos en forma de una manera u otra. Por algo este pasatiempo nos permite disfrutar y sacar al niño que llevamos a dentro y que jamas debe morir, incluso en algunos casos hasta nos puede salvar la vida y cambiar nuestra actitud frente a lo que vivimos.
Esta es una confesion personal, en el que voy a hablarles de como la depresión, que me tuvo al borde de quitarme la vida y como el Airsoft me salvó de eso. Me voy a sincerar con ustedes amigos del canal y también quiero dedicarle esta columna a todos aquellos jugadores y no jugadores que están pasando por ésto. Merecen todo mi apoyo y les digo: "no están solos".
Hablar de este tema es un asunto complicado, sobretodo para aquellos que durante nuestras vidas nos hemos sentido solos en algún momento de nuestras vidas, que hemos tenido que lidiar solos con decepciones, muertes, fracasos y un ambiente social cada vez más tóxico, cada vez más incomprensible, cada vez más lleno de basura mediática y de una sociedad cada vez más enferma. Algunos de nosotros tratamos de llevar esta vida de alguna manera sana, luchamos por mantener a raya nuestra negatividad y evitamos el ser afectados por las críticas que nos mete el entorno cuando no logramos cumplir expectativas. Ayudamos, pero cuando necesitamos de ayuda, nos sentimos solos, vacíos porque no hay nadie alrededor o quienes nos apoyan, están demasiado lejos para un abrazo.Vagamos por el mundo como barquitos de papel a la deriva en el inmenso mar de gente en el que deambulamos, sin rumbo fijo, cargando nuestras cruces, en silencio, detrás de una sonrisa.